Por: Isaias Romero Pacheco
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– www.lectopaternidad.org – yopoetrix@gmail.com
No existe a ciencia cierta una fórmula que haga más o menos efectiva una estrategia para motivar la lectura en jóvenes o niños, lo verdaderamente cierto es que hay que intentarlo todo. Aquí algunas sugerencias:
1. Debes
seleccionar y leer el libro. Busca uno
que te guste y que sientas que con él puedes transmitir un mensaje. Piensa que
con ese libro alguien puede llegar a ser un mejor lector.
2. Piensa
en una actividad de entrada, ojalá relacionada con el texto que ayude a romper
el hielo, a provocar el silencio (si estas en un salón de clases) o simplemente
a llamar la atención. Procura que sea corta esta actividad pero muy efectiva,
si te quedas en el juego y en la lúdica distraerás al lector.
3. Calcula
el tiempo que vas a utilizar y recuerda que con los niños más pequeños la
atención es efímera y muy dispersa.
4. Presenta
el libro como si presentaras a tu mejor amigo. Recuerda que aunque ese lector
desconozca quién es el autor o el ilustrador, la relación con los libros también
se establece a partir de la curiosidad.
5. Presenta
el libro por su título. Pregunta ¿de qué puede tratar? ¿Cuántos personajes van
a aparecer? ¿qué pasará al final? La magia de anticiparse al texto siempre será
emotiva.
6. Al
leer el cuento usa una voz amable, una narración cadenciosa, llamativa, que
lleve a los oyentes hacia un mundo literario recreado por palabras especiales.
Imagina tú también a medida que lees, esos escenarios que aparecen, esos
personajes que sobresalen y deja que por instantes se sienta que tú y los
oyentes están sentados frente a ese escenario maravilloso que propone la
historia que cuentas. Puedes usar voces diferentes para recrear los personajes,
pero si lo que deseas en verdad es acercar a un lector a un libro, debes
comprender que no en todas las edades esa fórmula funciona. Si vas a usar las
voces, deja que tu garganta se vuelva una verdadera caja mágica y evita, en lo
posible, teatralizar o sobreactuar las expresiones, puedes distraer la atención
de tu público.
7. Si
quieres vincular a los oyentes, realiza pausas permanentes. Entre más pequeño
sea el lector, más pausas puedes hacer. Entre más grande es el lector más comentarios
deben aparecer.
8. No
es necesario que al terminar la lectura los oyentes realicen una actividad, sin
embargo en algunos contextos escolares o laborales algo de creatividad no viene
mal. Si lo decides ojalá estas actividades tengan recursos que sean fortalezas
para la lectura y no desviaciones de la misma. Una guía puede estar bien, pero
a la continuación de la historia a través de un dibujo o un relato se le puede
sacar más provecho. Hay miles de recursos en medios digitales para apropiar
ideas que ayuden más a valorar la lectura que a calificarla.
9. Sabrás
que fue un éxito tu actividad si un niño te pide que le repitas el cuento o si
un joven se acerca a preguntarte algo sobre el libro leído, si alguien te dice dónde
puede conseguir uno igual. La voz dedicada del Promotor de Lectura conduce a un
camino que en lo posible nunca más evitará el participante: la lectura
independiente.
10. Personajes
como Aidan Chambers dicen que no hay una fórmula para hacer buena promoción de
lectura. Michel Petít dice que el Promotor de Lectura ama los libros.
Por su parte
Luis María Pescetti insiste en que si al llegar a un encuentro de promoción de
lectura los niños quieren jugar, pues hay que jugar. Ante muchas propuestas lo
mejor siempre será documentarse. El Promotor de Lectura lee como el vendedor de
autos sabe conducir.
11. Hay
miles de casos y experiencias donde incluso personas que no saben leer hacen
excelente procesos de animación lectora. Un Promotor entiende y visiona la
lectura como lo más importante para la vida de las personas. Comprende que es
una poderosa herramienta transformadora y a través de microacciones provoca a otros
para que se acerquen a la lectura.
12. Cualquier
persona puede hacer promoción de lectura, incluso si jamás ha entrado a una
escuela. Pero no por eso debe pensarse que la lectura debe hacerse de cualquier
manera.
13. No
permitas que traten las actividades de animación o promoción lectora como
relleno o un complemento subvalorado. Una mala acción para promover o animar a
otros a leer es más dañina y complica todas esas generaciones de jóvenes lejos
de las maravillas de la palabra y los libros. El ambiente para la lectura debe
ser motivante y alejado de ruidos innecesarios o estridencia.
14. ¿Promueves
la lectura o promueves la lectura de los libros? El Promotor de Lectura puede
bandearse perfectamente entre ambas estelas o elegir una si desea. Recuerda que
a través de la lectura puede interpretarse el mundo y un Promotor siente el
compromiso de hacer que más personas se acerquen a los libros, pero también a
la buena lectura: la lectura profunda, poco superficial, la lectura del
sentido, de las imágenes, del mundo.
15. Hay
suficientes Promotores inflados y de mentiras, gente que cree que hace
Promoción pero realmente alejan al lector. Nunca improvises, nunca te enfrentes
a un grupo creyendo que sabes todas las estrategias posibles, nunca te acerques
con superioridad. Enamora con las palabras, provoca, incita, estimula y motiva.
16. Cualquier
libro es susceptible de ser promovido. Elige bien.
17. Sonríe
sobre todo y durante toda la actividad y nunca hagas promoción de lectura si tu
mente está en otra parte o pendiente de pagar algún recibo que te inquieta. Si
el lector siente tú lejanía huirá contigo y lejos del objetivo real. Como en el
trabajo cotidiano aprender a separar, por difícil que parezca, las situaciones
personales de lo profesional.
18. Comparte
siempre con otros las experiencias de animación y promoción de lectura, no seas
envidioso. Puedes no sólo ayudar a enriquecer otros procesos sino a mejorar los
propios.
19. El
cierre no necesariamente debe ser así. Puedes hacer un enganche con algún tema,
dejar en el aire una posibilidad, proponer un imaginario sobre lo leído,
invitar a una película, a una canción que también cuente lo dicho. Aunque a
veces los matutines ayudan mucho para recrear y cumplen gran parte de esa
necesidad de encajar a otros conocimientos, no le gustan a todo el mundo. Se
original así como el mago desaparece en medio de todos.
20. Cuando
finalices una actividad invita siempre a la Biblioteca, habla de lo que los
libros han hecho por ti o por otras personas. Confiésate como lector y cuenta
experiencias propias o que conozcas sobre el mundo de la literatura.
Isaias Romero Pacheco, ha trabajado durante muchos años en
actividades de formación para docentes, bibliotecarios, estudiantes y
ciudadanos del común en buenas prácticas de fomento a la lectura. Con padres de
familia ha propuesto un método denominado Lectopaternidad que propone dejar la
lectura como una valiosa herencia, esta estrategia ha sido replicada en más de
50 actividades para mejorar los niveles de lectura en jóvenes y niños a través
de sus padres. Ha sido invitado como conferencista y tallerista o a fungido
como asesor y consejero de Instituciones
como Fundalectura, Ministerio de Cultura, Panamericana Cúcuta, Redpapaz, es
autor de varios libros y bloguero.
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