martes, 28 de febrero de 2017

¿Por qué leerles a los niños desde el vientre materno?

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Wilfred Bion, un hijo de colonos ingleses nacido en la India pero educado en Londres, fue un psicoanalista que planteó entre 1962 y 1970, importantes referentes sobre el origen y el desarrollo del pensamiento en los seres humanos. Para el autor existen dentro de la psiquis los elementos beta, que estaban relacionados con el placer, y unos elementos alfa, integrados al procesamiento de los estímulos. Para Bion, en los primeros años de vida, los bebés sólo poseen elementos beta que les ayudan expulsar lo que denominó displacentero, ya que los elementos alfa generan conciencia del dolor, por ejemplo, referencias del afuera, que llegaban a éste sólo a través de la madre y que no experimentarían sino hasta salidos del vientre.
Bion indica que son los mismos pensamientos quienes presionan a que la gente piense. Una especie de moebius detenido que se activa sólo cuando se está pensando. Un ejemplo: al ir a cine y presenciar la madre una escena terrorífica que le afecte, se desarrollará entonces aquello que Bion llamó “terror sin nombre” y que configura en el bebe una ensoñación, una disminuida concentración de sensaciones, emociones y sentimientos volcada en el imaginario que apenas si se percibe como tal y que propone la pantalla gigante en ese espectador.
De igual manera, pero en una sensación adversa, las emociones positivas generan elementos que el bebe asume con mayor beneficio mental, según lo que proponía Bion. Las elaboradas lineas de un texto literario, deben llegar al bebe con el imaginario de la madre y la transmisión de un pensamiento maravilloso cargado de una emotividad placentera. Es un contacto inicial, imaginen la maravilla de lo planteado por Bion, que fortalece aquello que se ha dicho siempre y es que la estabilidad emocional de la madre va directamente al cerebro del pequeño que crece. Así, mientras la mamá ve en su imaginación un extenso campo con una casa de dulce o cómo una inocente niña logra escapar del lobo, el niño hace un primer contacto con el imaginario a través de las proyecciones que le llegan a ese silencioso y cálido espacio en el vientre materno.
Esa forma de comunicarse, única en las especies, quizás sea la base de aquello que llaman la intuición de madre, un contacto físico, químico, biloógico y emocional incluso antes de que el bebe nazca y que convierte a las mujeres en seres más que especiales als er la únicas que pueden hacer la magia. Al leerle una madre a su hijo, al vincularse el padre o el cuidador, o el abuelo y la abuela a ese ejercicio, se genera una conexión, un vínculo que se mantendrá en el tiempo. La lectura entonces desde el vientre materno y los programas que la estimulan, han configurado éxitos en el tratamiento de múltiples complicaciones y generan según varios estudios, hombres y mujeres seguros ante las dificultades de la vida.
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Lectopaternidad, es un concepto que integra dos anhelos sociales: uno relacionado con la mejor herencia que un padre puede dejarle a un hijo, la lectura, y dos el ejercicio de una paternidad responsable en términos de un legado cultural invaluable sólo entendido por los años. Ya sabemos las ventajas de la lectura, entreguemos a la sociedad toda la posibilidad de que siga extendiéndose. Isaias Romero es escritor y periodista. Gestiona y desarrolla esta iniciativa desde hace más de 5 años como una propuesta para los padres de familia y docentes, así como a ciudadanos en general a partir de experiencias personales, propuestas comprobadas y aplicadas en diversos ámbitos. Obtuvo en el 2016 el Premio Barco de Vapor, uno de los reconocimientos literarios más importantes para escritores de literatura infantil y juvenil que entrega la Biblioteca Luis Ángel Arango y la Editorial SM. Bienvenidos.
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