De entrada debo decirles a los
padres de familia, así suene terrible, que en vez de estar peleando o luchando
con sus hijos para que rindan en el colegio, mejor inviertan esa energía en
quererlos y ser mejores padres. Usted no es el profesor, es el papá o la mamá y
de entrada esto debe ser lo primordial. La lucha por los temas de obligación
escolar deben insistirse más por el lado de la responsabilidad, de aquello que
les corresponde hacer a los hijos en el rol familiar y de esta manera, las
consecuencias de sus fallas son diferentes; es decir, si alguno de nosotros no
cumple con sus obligaciones, los resultados serán proporcionales a ello.
Con el estudio de nuestros hijos
es importante entender que tal y como sugiere Gardner, cada quien tiene su
forma de aprender y los ritmos varían en cada persona, quizás por esto hay gran
contradicción en un sistema educativo que pretende homogenizar la evaluación y
el aprendizaje. No aprendemos igual, cada quien tiene su propio ritmo, su
propia forma y evaluar todos los alumnos de un curso de la misma manera ha sido
una práctica equivocada por años.
¿Queremos buenos resultados
académicos?, sin lugar a dudas la lectura abrirá unos caminos que ayudarán a
mejorar su aprestamiento escolar. No es posible que exijamos buenos resultados
en lo escolar cuando no hemos hecho nada porque realmente aprendan,
interpreten, lean el mundo y esto sin lugar a dudas, se logra más fácilmente si
los hemos acercado a los libros. Las razones son infinitas, desde numerosos estudios
que han validado esta afirmación hasta experiencias personales y de muchas
personas que han encontrado en la lectura una forma de vida, una salvación, un
consuelo, una oportunidad. Sumémosle las otras ventajas que deja la lectura habitual:
mejora la concentración, estimula la imaginación, aporta a la lectura crítica o
entre líneas que tanto se exige hoy y sobre todo, fomenta un espacio personal y
de reconocimiento como ninguna otra disciplina en el mundo. Hay que entender,
padres, docentes y cuidadores de niños y jóvenes, que muy poco evidenciaremos el
avance en lo escolar si dejamos la tarea sólo en manos del colegio y conste que
no estoy diciendo que se paguen asesores de tareas ni que se estudie con ellos,
me refiero a que día a día, mientras más pequeños estén y mientras podamos, les
ofrezcamos una alternativa en la lectura como forma de expresión, como manera
de relacionarse, como ejercicio de vida o como parte de la cotidianidad. Entender
que la lectura es importante para ellos así no nos guste a nosotros. Dice Michel Petit: “muchos adolescentes se acercan a los libros para permitir que se
exprese lo más secreto que tienen…” En estas generaciones son las sagas y
los libros de gran calado llenos de historias amplias de fantasía y poca
realidad las que han colmado la atención de los jóvenes que seguramente
encontraron allí las revelaciones y lugares secretos que otros jóvenes en la
historia encontraron en las historias de caballeros o en las novelas de
marcianos. Provocar experiencias de lectura en nuestros muchachos de seguro
ayudará a abrirles mejor el tema de los desafíos escolares, y en paralelo, les
abrirá un camino hacia el poder transformador de las palabras.
Es tiempo de
leerles a nuestros hijos.
Contáctanos para conocer cómo mejorar o generar experiencias de lectura con padres, docentes y por su puesto con nuestros hijos.
@Lectopaternidad
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